05/07/2022. Ramón García, responsable de Herbáceos de COAG Andalucía, explica que la eliminación de la ayuda al girasol aumentará la dependencia de la importación de proteína vegetal, ya que va a reducir a medio y largo plazo el suministro interior, “sin que se plantee además ninguna alternativa”.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos,
COAG de Andalucía, se manifiesta absolutamente en contra de la eliminación de la
ayuda asociada al girasol, al considerar la Comisión Europea que este cultivo no es
proteico.
Para esta organización agraria, esta posición de Europa es, además de inoportuna,
un despropósito, más aún cuando este cultivo está viendo mermada su superficie
año tras año ante la falta de rentabilidad. En este sentido, se manifiesta Ramón
García, responsable de Herbáceos de COAG Andalucía, quien afirma que “es de locos
quitar las ayudas al girasol cuando más girasol se necesita”.
A su juicio, el Ministerio de Agricultura español tiene la obligación de combatir este
nuevo varapalo de la Comisión Europea a un cultivo tradicional andaluz que, ademásde producir aceite, es básico para la alimentación animal por su valor proteico y su
importante papel medioambiental.
García explica que “dado que el objeto es fomentar los cultivos de alto contenido
proteico para la alimentación animal, buscando reducir la dependencia de productos
provenientes del exterior, se ha de seguir fomentando el cultivo del girasol”.
“Eliminar de los posibles perceptores de las acopladas a proteicos al girasol –añade-,
supone considerar como subproducto de la extracción del aceite las harinas o las
tortas, y no un co-producto que realmente representa en torno al 60% de la
producción (porcentaje que conforma el precio precisamente por esta aptitud
proteica).”
Asimismo, desde COAG Andalucía se destaca que la eliminación de la ayuda al
girasol aumentaría la dependencia de la importación de proteína vegetal, ya que va
a reducir a medio y largo plazo el suministro interior, “sin que se plantee además
ninguna alternativa a la ayuda –comenta Ramón García-, e ignorando el peso que
tiene este cultivo como fuente proteica en la alimentación animal. También
ocasionaría que el agricultor perdiera alternativas para mejorar la sostenibilidad de
la actividad a largo plazo, pues se trata de un cultivo altamente adaptado a nuestro
medio, cuya raíz recupera nitrógeno profundo para el suelo, es aprovechado mucho
por los apicultores y que se puede considerar prácticamente ecológico al no requerir
tratamientos, además de ser un reclamo paisajístico”.